La cantidad de información que tenemos hoy en día disponible al alcance de la mano (literalmente) es ridícula. A mi se me hace una fantasía y una pesadilla a la vez. Es como si tuviéramos acceso a una biblioteca infinita en la que si encuentras un libro con información interesante y te sumerges, puede que tardes horas, días o meses de salir de ahí. Parte de esto tiene que ver con cómo consumimos la información… Cómo la procesamos… Cómo la aplicamos en nuestra vida… Cómo la compartimos… Las redes sociales hacen que nos saltemos la mitad de la ecuación. Cuando entramos